Investigadores del Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación de EsSalud revisaron la literatura científica.
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El dióxido de cloro y sus derivados son comúnmente usados como desinfectantes. En noviembre del 2019 DIGEMID ya había emitido una alerta que advierte que la promoción y comercialización de dichos productos es una práctica ilegal. Una revisión sistemática respalda dicha recomendación, pues no encontró publicaciones científicas que hayan evaluado el uso de dichos productos en la prevención o tratamiento de la COVID-19.
La necesidad de alternativas de tratamiento para la COVID-19 ha generado la difusión y comercialización indiscriminada en el mercado peruano de algunos productos que carecen de autorización sanitaria para ser utilizados en humanos como tratamiento médico. El ejemplo más conocido actualmente es el dióxido de cloro, el clorito de sodio y otros derivados del cloro, cuyo empleo cotidiano se da por su capacidad desinfectante.
Ante la coyuntura descrita, investigadores del Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación de EsSalud, realizaron una revisión rigurosa y ordenada en base a una metodología estándar —denominada revisión sistemática— de la evidencia científica que haya evaluado la eficacia y seguridad del uso del dióxido de cloro y sus derivados en la prevención o el tratamiento de la COVID-19.
¿Qué es una revisión sistemática?
Las revisiones sistemáticas son investigaciones científicas, su particularidad es que analizan estudios originales o investigaciones primarias realizadas en seres humanos. Las revisiones sistemáticas son una herramienta esencial para sintetizar la información científica disponible, identificar áreas donde se podría requerir más investigación y es fundamental en la toma de decisiones médicas.
La revisión sistemática publicada en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, comunicó que no se identificó ningún estudio publicado, ni en proceso de publicación, sobre evaluaciones del dióxido de cloro o sus derivados, como agente preventivo o terapéutico de la COVID-19 o en infecciones por otros coronavirus.
El uso de productos sin evidencia científica de eficacia y seguridad contra la COVID-19, supone un potencial peligro en la salud pública.
Las personas que usan el dióxido de cloro o sus derivados, pueden tener una falsa sensación de protección y con ello relajar las medidas de prevención que sí han probado ser eficaces, como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y la higiene de manos. Por otro lado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha recibido notificaciones de eventos adversos ocasionados por estos productos como falla respiratoria, arritmia cardiaca, hipotensión por desequilibrio hidroelectrolíticos, insuficiencia hepática aguda, anemia hemolítica, vómitos y diarrea aguda severa.
A nivel nacional, la Dirección General de Medicamentos e Insumos y Drogas (DIGEMID) ya en noviembre del 2019, emitió una alerta que recomienda al público en general no comprar productos que contengan dióxido de cloro, el clorito de sodio y otros derivados del cloro; además llamaba a denunciar los lugares donde se distribuya o comercialice dichos productos.
