La pandemia por COVID-19 ha ocasionado graves problemas a nivel mundial, afectando a las naciones ya sea en mayor o menor grado. Sin duda nuestro país ha tenido grandes pérdidas a todo nivel y se han tomado diversas medidas a fin de poder disminuir el riesgo y tratar de controlar los contagios de esta terrible enfermedad.
Se implementaron medidas de bioseguridad y prevención como la declaración del estado de emergencia a nivel nacional en la que se consideró el distanciamiento social y el aislamiento social obligatorio, siendo luego modificada en aquellos lugares donde era mayor el número de casos de infectados por COVID-19.
Estas medidas han ocasionado una serie de cambios en los estilos de vida, dentro de ellos el sistema alimentario dónde no sólo es la elección del alimento a consumir sino la producción, su transformación, distribución y venta.
Pero el aislamiento social obligatorio ocasionó la permanencia de más tiempo en casa afectando las actividades económicas sobre todo de quienes menos tienen. Muchos de ellos tuvieron que dejar de trabajar perjudicando sus ingresos y dificultando la posibilidad de adquirir incluso lo más básico, alimentos.
Frente a esta situación una medida a tomar fue la entrega de canastas de alimentos por parte de las municipalidades; con algunas limitantes como el escaso presupuesto y un estricto control del tipo de alimentos a entregar.
Estudios reportan que la mayor parte de estas canastas distribuidas estaban constituidas por alimentos a base de carbohidratos, grasas y muy pocas por alimentos a base de proteínas.
Es importante tomar en consideración estos aspectos a fin de mejorar las estrategias de apoyo frente a una situación similar.
Análisis de la distribución de macronutrientes en canastas alimentarias entregadas por las municipalidades durante la pandemia de COVID-19, Perú.
Disponible en: https://rpmesp.ins.gob.pe/rpmesp/article/view/9742
