En más de una ocasión diversos profesionales de salud, a través de diferentes medios de comunicación, aconsejan que no se debe consumir antibióticos si no es bajo estricto control médico y con la evidencia de que es lo que realmente necesitas.
Frente a cualquier proceso de enfermedad, muchos pacientes utilizan algún tipo de antibiótico para aliviar el dolor de garganta, estómago, diarreas, etcétera, molestias que podrían ser causadas por diferentes tipos de virus, por lo que el consumo de antibióticos no tendría ningún sentido.
El problema radica que cuando se consume antibióticos eliminamos cierto tipo de bacterias, Pero consumir una dosis insuficiente o no lo suficientemente efectiva, las bacterias sobrevivientes se hacen más resistentes a estos antibióticos, por lo que su consumo en el futuro tendrá poco o ningún efecto en la bacteria que realmente está causando la enfermedad, lo que hace más difícil su tratamiento.
Todavía se suele acudir a profesionales poco calificados para la prescripción de medicamentos, estos suelen recetar una cantidad muy variada de fármacos, entre sintomáticos como el paracetamol, ibuprofeno, metamizol, entre otros o una combinación de ellos y agregar a estos algunos antibióticos. El paciente al sentir una relativa mejoría de los síntomas, suelen creer que es gracias a los antibióticos prescritos, cuando es más probable que el efecto positivo sólo sea debido a los calmantes.
Desde hace muchos años diversos investigadores vienen estudiando los efectos que pueden tener este tipo de práctica en la sociedad, mostrando que cada día es más común ver casos de enfermedades bacterianas adquiridas en la comunidad que son resistentes a la mayoría de los antibióticos del mercado, teniendo muy pocas alternativas de tratamiento.
Al no tener muchos antibióticos de elección frente a estas bacterias resistentes se acude a uno de los últimos eslabones de tratamiento como son los carbapenémicos, antibióticos de amplio espectro que son eficaces frente a muchos tipos de bacterias, porque inhibe la formación de la pared bacteriana, destruyéndola de manera efectiva.
Sin embargo, existen cada vez más reportes de bacterias que son capaces de inhibir a estos tipos de antibióticos, produciendo las enzimas llamadas carbapenemasas, las que al estar en contacto con el carbapenémico logran quitarle su efecto antibiótico, siendo estas bacterias las llamadas ultra resistentes dado que luego de los carbapenémicos existen muy pocas alternativas de tratamiento.
Aunque son muchas las causas por la que las bacterias adquieren resistencia a los antibióticos se pueden afirmar que, el consumo no controlado de antibióticos por la comunidad está logrando que aparezcan más tipos de bacterias ultra resistentes lo que en un futuro causará la muerte de millones de seres humanos en nuestro planeta.
Está en nuestras manos seguir concientizando a la sociedad a no acudir a profesionales poco calificados para solicitar un diagnóstico y tratamiento adecuado para las diversas enfermedades, pero también es necesario que nuestras autoridades sigan invirtiendo en la salud de la población, ya que muchos de los pacientes prefieren acudir directamente a una farmacia a comprar antibióticos porque la atención hospitalaria demora mucho tiempo lo que desmotiva al paciente a ser atendido por un profesional competente.
Fuente: https://rpmesp.ins.gob.pe/index.php/rpmesp/article/view/7044
