Políticas públicas para reducir el consumo de bebidas azucaradas: prioridades y desafíos en América Latina

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El consumo de bebidas azucaradas (BA) se relaciona con diversos problemas de salud, como la obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y otros trastornos relacionados. Su consumo en América Latina es elevado en relación a otras regiones, por lo que se explora evidencia para el desarrollo e implementación de políticas públicas para reducir este consumo. Esta nota se basa en los resultados de las intervenciones prioritarias identificadas en un diálogo de políticas en el que participaron decisores, académicos y miembros de organizaciones de la sociedad civil de Argentina, Brasil, El Salvador y Trinidad y Tobago.

Intervenciones prioritarias

El diálogo de políticas identificó las siguientes intervenciones como prioritarias para reducir el consumo de bebidas azucaradas:

  1. Políticas fiscales: Implementar impuestos específicos a las bebidas azucaradas para desmotivar su consumo.
  2. Etiquetado gráfico frontal: Establecer un sistema de etiquetado claro y fácil de entender para que los consumidores puedan tomar decisiones informadas sobre la compra de productos.
  3. Regulación y/o prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de las bebidas azucaradas: Restringir la publicidad y el marketing dirigido a niños y adolescentes en medios de comunicación masiva, Internet, aplicaciones móviles y redes sociales.

Además, se mencionaron otras intervenciones relevantes, como la modificación del entorno escolar y acciones educativas, aunque no fueron consideradas prioritarias debido a la dificultad en su implementación.

Barreras y facilitadores para la implementación de políticas públicas

Dentro de las principales barreras identificadas para la implementación de intervenciones para controlar el consumo de bebidas azucaradas se incluyen la interferencia de las industrias productoras a través de cabildeo político y la promoción de programas de responsabilidad social empresaria y de iniciativas de autorregulación. También se señalan las dificultades en la implementación, monitoreo, evaluación y articulación de políticas, así como la necesidad de recursos para llevar a cabo estas actividades.

En lo que respecta a los facilitadores, se destacaron las experiencias exitosas de implementación en países de la región, como Chile y México, y el papel de las organizaciones civiles como promotores sociales de estas intervenciones.

Necesidades de información de los decisores para promover políticas públicas

Se enfatizó la necesidad de evidencia del impacto de estas intervenciones en términos de prevalencia de obesidad, sobrepeso, diabetes, mortalidad, años de vida perdidos prematuramente, impacto sanitario en cánceres y enfermedades cardiovasculares asociadas, y costos para el sistema de salud. Además, se discutió la importancia de obtener resultados desagregados por sexo, grupos de edad y nivel socioeconómico.

Disponibilidad y calidad de la información requerida para los modelos económicos y la definición de políticas

Se identificó la disponibilidad de información para el diseño de modelos de carga de enfermedad atribuible al consumo de bebidas azucaradas y de evaluación de las intervenciones propuestas. Si bien se encontró que existen datos disponibles sobre el consumo de bebidas azucaradas, prevalencia de enfermedades relacionadas y costos para el sistema de salud, se señaló la necesidad de mejorar la calidad y actualización de estos datos para garantizar una adecuada toma de decisiones.

Recomendaciones y conclusiones

Con la finalidad de reducir el consumo de bebidas azucaradas, se recomienda:

  1. Fortalecer la generación de evidencia científica local y regional sobre el impacto de las intervenciones propuestas y su efectividad en diferentes contextos.
  2. Fomentar la cooperación regional y el intercambio de experiencias exitosas entre países para apoyar la implementación de intervenciones.
  3. Promover que las organizaciones de la sociedad civil se involucren en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas públicas relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas.
  4. Establecer alianzas con otros sectores, como la educación, salud y economía, para generar sinergias en la promoción de políticas integrales que aborden los determinantes de su consumo.

En conclusión, la reducción del consumo de bebidas azucaradas en América Latina es un desafío urgente y necesario para mejorar la salud pública en la región. Para lograrlo, es fundamental la implementación de políticas públicas efectivas, basadas en evidencia científica y en el intercambio de experiencias entre países.

Si desea conocer más sobre este tema lo invitamos a leer el artículo titulado:

¿QUÉ NECESITA NUESTRA REGIÓN PARA FORTALECER POLÍTICAS PÚBLICAS SOBRE BEBIDAS AZUCARADAS? DIÁLOGO DE DECISORES Disponible en: https://rpmesp.ins.gob.pe/index.php/rpmesp/article/view/12394/5259

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