La leishmaniasis es una enfermedad causada por la picadura de un mosquito infectado con el parásito. Los principales factores de riesgo son las condiciones socioeconómicas (pobreza, vivienda y saneamiento precario), la malnutrición, desplazamiento a zonas donde existe el mosquito o vector de la enfermedad, el cambio climático (temperatura, lluvia, humedad)
Existen varias formas de presentación de leishmaniasis, las más comunes son la cutánea y la visceral: a) Leishmaniasis cutánea (la más frecuente) produce lesiones ulcerosas en la piel dejando cicatrices de por vida y causando discapacidad. El 95% de los casos son registrados en las Américas, la cuenca del Mediterráneo, Oriente Medio y Asia central; b) Leishmaniasis visceral (conocida como kala azar) si no es tratada, resulta mortal en el 95% de los casos, es una de las principales enfermedades parasitarias con capacidad de generar brotes y muertes. La mayoría de los casos se registran en el Brasil, África oriental y la India.
El tratamiento de la leishmaniasis depende de la forma de la enfermedad, de la presentación de enfermedades preexistentes, de la especie del parásito y de la ubicación geográfica. La enfermedad puede ser tratada y curada, pero hay riesgo de recidivas, es decir que vuelva a repetirse la infección y, los tratamientos, pueden durar desde 6 semanas hasta 12 meses.
Las chalconas son compuestos naturales o sintéticos con una gran actividad biológica y farmacológica aplicadas en la medicina como antiparasitarios, antibacterianos, antifúngicos y anticancerígenos por sus propiedades antioxidantes, así como por la presencia de otros compuestos que han sido objeto de estudio por investigadores. Algunas chalconas presentaron actividad antiparasitaria contra Plasmodium en condiciones de laboratorio, otras presentaron actividad contra Trypanosoma y Leishmania, demostrando así su efectividad contra enfermedades como la malaria, chagas y leishmaniasis.
Algunos estudios mostraron que nueve chalconas sintéticas presentaron actividad antiparasitaria contra formas infectantes de Leishmania (amastigotes), y que los compuestos de las chalconas 42 y 43 lograron reducir el número de formas infectantes de Leishmania.
Un estudio reciente de Perú, evaluó la toxicidad y dosis letal promedio de las chalconas sintéticas 40, 42 y 43 en animales de laboratorio y evidenció que la chalcona sintética 43 presenta una alta toxicidad debido a que produce daño e hinchazón por retención de líquidos en los órganos internos de los ratones de laboratorio, mientras que las chalconas 40 y 42 presentaron menor toxicidad, por lo que podrían ser consideradas como futuras estrategias terapéuticas contra leishmaniasis.
Fuente: https://rpmesp.ins.gob.pe/index.php/rpmesp/article/view/6937
